Alejandro e Iris nos han mostrado hoy los tres primeros cantos de la Odisea que, en resumen, dicen así:
Canto II:
Telémaco echó a los pretendientes de su casa. Antínoo y Eurímaco le dijeron enfadados a Penélope que no habría tanto problema si se buscase un nuevo marido. En el ágora no le proporcionaron el barco a Telémaco para ir en busca de noticias sobre su padre Ulises, por lo que le pidió ayuda a Atenea, que en realidad, estaba disfrazada de Mentor. Le consiguió prestado el barco y a una tripulación. Telémaco partió por la noche.
Canto III:
La siguiente mañana, Telémaco y Mentor llegaron a Pilos, pero el rey Néstor no sabía nada sobre Ulises. Les sugirió que fueran a Esparta a hablar con Menelao y además, impresionado de que estuviera escoltado por la diosa Atenea, hizo que su hijo Pisístrato le acompañara a Esparta.
Canto IV:
Telémaco y Pisístrato fueron recibidos por el rey Menelao y le contaron las experiencias de Odiseo en Troya. Telémaco consiguió partir y los pretendientes se enteraron, por lo que hicieron planes para matarlo, ya que así conseguirían el puesto como rey. Penélope se enteró de esto y estaba muy triste. Entonces, Atenea la calmó en un sueño.
Alba y Javier nos han expuesto los siguientes cantos:
Canto V:
Atenea insistía en ayudar a Ulises, así que Zeus, por medio de Hermes, le pidió a Calipso que lo liberase, y así lo hizo, además de ayudarle a construir una balsa. Después de navegar durante dieciocho días, Poseidón provocó una tormenta que destruyó la balsa, pero una ninfa marina le ayudó. Al final llegó a la costa de Esqueria, donde cayó dormido entre dos olivos.
Canto VI:
Nausícaa le pidió a su padre un carro con mulas para ir a lavar la ropa al río. Mientras ella y sus esclavas descansaban y jugaban a la pelota, Ulises se despertó y le pidió ayuda a la princesa. Nausícaa, impresionada por su forma de hablar, le dio alimento y ropas, y le dijo que la siguiera hacia la casa del rey. Ulises le pidió a Atenea que le acogiera y que le ayudara a regresar a su patria.
Canto VII:
Atenea, disfrazada de feacia, condujo a Ulises al palacio del rey. La reina Arete le pidió una explicación de cómo había llegado hasta allí. Ulises le relató su historia y cómo la princesa Nausícaa le había ayudado. El rey Alcínoo le ofreció la mano de su hija, pero él se empeñaba en regresar a su patria. Los feacios todavía no sabían que él era Ulises.
Canto VIII:
Ulises estaba en un festín con Alcínoo, cuando éste le retó junto con sus hombres a una competición. Entonces, les ganó a todos. Alcínoo invitó al aedo Demódoco, que cantó lo sucedido en Troya. Entonces Ulises se puso a llorar. Alcínoo le preguntó quién era y cuáles eran sus desventuras.