lunes, 11 de abril de 2011

La tempestad, de Shakespeare


La tempestad, de Shakespeare
Hoy nuestro compañero Fran nos ha expuesto una famosa obra de Shakespeare: La tempestad.
En resumen, el argumento de esta obra es el siguiente:
Próspero era un hombre al que su propio hermano le quitó el trono, y encontró un refugio en una isla, con su hija Miranda, Ariel y los libros de magia. Próspero poseía magia, y aunque no supo que le iban a traicionar, sí que pudo anticipar que vendría un barco con el usurpador de su puesto, el rey de Nápoles y algunos nobles.
Próspero logró con su magia que el barco chocara, y el hijo del rey de Nápoles, Fernando, se separó de ellos y se encontró con Miranda, y se enamoraron profundamente. En principio parece un amor imposible, porque ni el rey de Nápoles, padre de Fernando, ni Próspero, padre de Miranda, quieren que los dos jóvenes estén juntos, pero al final acaba triunfando el amor, desaparece el rencor y el odio que Próspero había tenido durante tanto tiempo, y finalmente nadie frena el sentimiento que había surgido dentro de los enamorados.

¡¡Qué bonito es el amor, cuando triunfa!!

Como hemos hablado en clase, esta historia se parece bastante a Romeo y Julieta, ya que son dos jóvenes que se enamoran, pero que debido a sus padres no pueden estar juntos. Pero al final esta obra tiene una diferencia muy grande: el amor triunfa y acaba con un final feliz. En cambio, como todos sabemos, en Romeo y Julieta la muerte fue lo único que evitó a los enamorados el sufrimiento, y no pudieron estar juntos, o sí, ¿quién sabe?



Podéis ver la entrada completa en el blog de Fran pinchando aquí

miércoles, 6 de abril de 2011

El mercader de Venecia

El mercader de Venecia
La dama de Belmonte, Porcia, tenía tres cofres: uno de oro, otro de plata y otro de plomo. El hombre que abriera el cofre que tenía su retrato se casaría con ella. Bassanio, que estaba enamorado de Porcia fue quien abrió el cofre de plomo, el cual contenía el retrato. Porcia le dio un anillo como muestra de amor, y le hizo prometer a Bassanio que no se lo quitaría nunca. Bassanio le pidió dinero a su amigo Antonio que, comprometido a dárselo, se lo pidió al judío Shylock, que le odiaba. La condición que impuso el judío fue que si no le devolvía el dinero debía darle una libra de su propia carne. Antonio no pudo pagarlo porque sus barcos naufragaron, y fue por ello encarcelado. Su amigo Bassanio se enteró, y le dijo al judío que le daría el triple de la deuda, pero el judío seguía queriendo la libra de carne de Antonio. Porcia se presentó ante el tribunal disfrazada de abogada para liberar a Antonio, y otorgó a Shylock la libra de carne, 
pero le dijo que si derramaba una gota de sangre lo pagaría con su vida. Shylock desistió de su reclamo de la libra de carne y el Duque, que presidía el tribunal, terminó quitándole sus riquezas, y le dio la mitad a Antonio y la mitad al Estado. Antonio y Bassanio querían darle a la abogada, sin saber que era Porcia, tres mil ducados, pero no los aceptó y le pidió el anillo que le había regalado ella misma. Aunque al
principio Bassanio no quería, acabó por acceder y le dio el anillo a la “abogada”. Cuando llegaron a Belmonte (casa de Porcia) Porcia le mostró el anillo a Bassanio y le confesó toda la verdad.

Nuestra escena del Mercader de Venecia (actualizada)