lunes, 2 de mayo de 2011

Sueño de una noche de verano, de Shakespeare

Sueño de una noche de verano (Shakespeare)

El otro día Alba y Javier nos contaron esta divertida comedia de Shakespeare de una forma más divertida aún, indicándonos incluso con dibujos los enredos amorosos que se traen entre los personajes, y nos enteramos muy bien de lo que querían contarnos. Aquí va la "confusa" historia:
Hermia estaba enamorada de Lisandro, y no quería casarse con Demetrio, como deseaba su padre. Elena, la amiga de Hermia amaba a su vez a Demetrio, pero Demetrio quería a Hermia. Hermia y Lisandro decidieron fugarse al bosque y casarse allí. Hermia le contó sus planes a su amiga Elena, quien se lo dijo a Demetrio. Éste siguió a Hermia hacia el bosque y Elena siguió a Demetrio, de manera que los cuatro acabaron encontrándose esa noche en el bosque.











En el bosque se encontraban Oberón y Titania, reyes de las hadas. Como ellos habían discutido, Oberón consiguió una flor mágica con la que haría que Titania se enamorase del primero que viese al despertar, vertiendo el líquido mágico en sus ojos. Como Oberón escuchó a Elena y a Demetrio discutir, mandó su duende que vertiera un poco del líquido en los ojos de Demetrio, para que se enamorara de Elena. Pero el duende confundió a Demetrio con Lisandro, y ahora fue Lisandro quien se enamoró de Elena. Oberón también vertió líquido en los ojos de Demetrio, con lo que de repente los dos estaban enamorados de Elena, y nadie quería a Hermia.
¡¡Cómo cambiaron las tornas!!  A su vez, Titania se enamoró de un tal Bottom, un presumido y orgulloso actor, al que el duende había puesto una cabeza de asno. Oberón se dio cuenta de lo que había ocurrido y frotó los ojos de su esposa con unas hierbas mágicas, que la liberaron del hechizo. Finalmente, mientras Elena, Hermia, Demetrio y Lisandro dormían, Oberón ordenó que les frotaran los ojos con las hierbas, y así cuando despertaron volvieron a ser los amores de antes, y todo quedó como un extraño sueño. Como se puede ver, en esta obra se formaron unos líos tremendos, pero al final todo quedó arreglado, como si no hubiera pasado nada.

¡¡Vaya un duendecillo, que lo lió todo!!

Esta obra no tiene mucho que ver con otras de Shakespeare, ya que se puede apreciar que tiene un tono únicamente cómico, con enredos amorosos, duendes, elementos fantásticos… Es decir, nada que ver con Romeo y Julieta o con La Tempestad, en cambio sí se parece mucho a Las alegres comadres de Windsor en cuanto al tono cómico que caracteriza a las dos.

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